El empresario John Blomfield y uno de los socios de “Santo Coyote”, Agustín Aduna, mostraron sus permisos en regla para la próxima apertura del restaurante en Marina Vallarta, luego que la asociación de residentes manifestara que es zona residencial.
John Blomfield, dueño de la propiedad, indicó que compró la finca hace poco más de 20 años, donde en los documentos se establecía que se encontraba en una zona comercial. A través de los años el lugar a sido utilizado para grandes eventos, hotel boutique e inclusive como restaurante.
No obstante, en 2018 se encontró con la novedad de que se había cambiado el uso de suelo de esa zona en Marina Vallarta a residencial, “fui a sacar la licencia como cada año y me dijeron que era zona residencial, que se cambió el uso de suelo, yo les dije ¿cuándo se me informó, cuándo me notificaron? Me pidieron disculpas y por el error me continuaron expidiendo los permisos porque yo ya tenía un derecho adquirido”, expresó Blomfield.
Es así como el lugar, ubicado en la calle Pelícano 104, tiene licencia de operación como bar en restaurante y hotel boutique, con el correspondiente permiso de giro restringido al venderse alcohol en envase abierto.
Blomfield también mostró una carta firmada en 2018 por Tony García, administrador de la Asociación de Residentes de Marina Vallarta, donde se menciona que no había ningún problema para que a la finca se le autorizara la licencia para un restaurante bar. Sin embargo, este 2024 de pronto cambiaron de opinión. Todo se le atribuye a una vecina que constantemente se ha quejado de la propiedad.
Agustín Aduna, socio de “Santo Coyote”, restaurante reconocido en la perla tapatía, comentó que esta nueva sucursal tendría el mismo concepto familiar mexicano, con buffet y platillos tradicionales.
Recalcó que el estacionamiento no será problema ya que habrá valet parking y tienen permiso de un lote para estacionar vehículos, además de haber mucho lugar con línea blanca en la calle Pelícano. En cuanto al sonido, indicaron que permanecerá dentro de los decibeles que marca la ley, pues no será un antro, solo un restaurante, donde la mayor asistencia se concentraría en los desayunos.
Están dispuestos a dialogar con cualquier vecino que manifieste alguna inconformidad, pues solo quieren abrir el restaurante sin molestar a nadie y colaborar con la promoción de Puerto Vallarta.